Ante el creciente descontento por las elevadas tarifas de energía en la región Caribe y el temor a una posible crisis energética en todo el país, el presidente Gustavo Petro convocó una reunión urgente en Casa de Nariño. El encuentro, programado para la tarde de este miércoles, tiene como objetivo principal abordar las preocupaciones sobre el incremento en los precios de la energía, una situación que ha provocado alarma entre los habitantes de la Costa Caribe y que ahora se extiende a toda Colombia.
El presidente ha llamado al ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, para discutir la problemática actual, excluyendo la participación del sector privado en esta primera instancia. La preocupación gubernamental surge en un momento crítico, marcado por el aumento en las tarifas de energía que afectan directamente el bolsillo de los ciudadanos colombianos. Informes recientes indican que el precio de la energía en bolsa ha alcanzado los $1.021,60 por kilovatio/hora (KWh), lo que representa un desafío significativo para la economía doméstica de millones de colombianos.
Esta convocatoria se produce en un contexto de alerta emitida por XM, la empresa responsable de operar el Sistema Interconectado Nacional (SIN), que ha señalado el bajo nivel de los embalses como una señal de alarma que podría acercar al país a un escenario de apagón. Con un volumen útil promedio del sistema de apenas el 31,86% este fin de semana, cifra que se sitúa por debajo de los mínimos históricos de los últimos 20 años, la necesidad de acciones inmediatas se hace imperativa. Se sugiere reducir el consumo energético, limitar las exportaciones a países vecinos como Ecuador y maximizar el uso de las plantas térmicas.
Esta reunión se lleva a cabo en un momento en el que la sequía provocada por el fenómeno de El Niño ya comienza a pasar factura, impactando no solo en el mercado bursátil sino en la vida diaria de los colombianos. La situación actual demanda soluciones eficaces y rápidas que mitiguen el impacto en las tarifas de energía, evitando así un mayor descontento social y posibles complicaciones económicas para los hogares colombianos. La decisión del presidente Petro de abordar este asunto con urgencia refleja la gravedad de la crisis y la necesidad de encontrar soluciones que protejan el bienestar de la población.