En un episodio que profundiza la crisis de seguridad en Medellín, un nuevo ataque sicarial ha sacudido los cimientos del barrio Belén, dejando tras de sí un rastro de sangre y preguntas sin respuesta. El suceso, ocurrido en la intersección de la calle 21 con carrera 81, ha cobrado la vida de un hombre y ha dejado a dos mujeres gravemente heridas, marcando otro capítulo sombrío en la lucha contra el crimen organizado en la ciudad.
El atentado, perpetrado en las últimas horas de la tarde del domingo, involucró a dos hombres armados a bordo de una motocicleta, quienes abrieron fuego contra las víctimas mientras estas se encontraban dentro de un vehículo Chevrolet Sail de color blanco. La violencia de la emboscada fue tal, que el hombre, presuntamente identificado como Juan José Serna, alias «Cosco», perdió la vida en el acto debido a las heridas mortales recibidas en la cabeza.
Las acompañantes del fallecido, dos jóvenes cuyas identidades se mantienen en reserva, sufrieron heridas de bala; una de ellas en la mano derecha y el muslo izquierdo, evidenciando la brutalidad y la falta de escrúpulos de los atacantes. Las víctimas fueron rápidamente trasladadas a un centro asistencial cercano, donde actualmente luchan por su vida, dejando a la comunidad en vilo y a las autoridades en una carrera contra el tiempo para dar con los responsables.

Este ataque no solo ha sembrado el terror en el corazón de los habitantes de Belén, sino que también ha reavivado el debate sobre la eficacia de las estrategias de seguridad implementadas en la ciudad. Medellín, una ciudad que ha luchado incansablemente por deshacerse de las sombras de su pasado violento, se encuentra una vez más en la encrucijada, enfrentando el resurgimiento de viejos fantasmas en forma de sicariatos que parecen desafiar el orden público y la paz social.
La policía, por su parte, ha iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los móviles detrás de este crimen, que se sospecha podría estar relacionado con ajustes de cuentas entre bandas criminales. El alias «Cosco», vinculado a la banda delincuencial El Mesa y con un historial de delitos que incluyen porte y tráfico de armas de fuego, así como lesiones personales, podría ser la clave para desentrañar una red de violencia que amenaza con desestabilizar aún más la ciudad.
Este incidente se suma a la reciente ola de violencia que ha golpeado a Medellín, incluido el asesinato de alias Pichi Gordo, un conocido cabecilla de la banda La Terraza, en el barrio El Poblado. Con la ciudad en alerta y la comunidad internacional observando, las autoridades enfrentan el desafío de restaurar la confianza en su capacidad para proteger a los ciudadanos y combatir el crimen organizado, en un momento crítico para la seguridad en Medellín.