El 8 de marzo de 2024, Medellín se convirtió en escenario de una poderosa manifestación de solidaridad y demanda de justicia, con más de 5.000 mujeres tomando las calles para exigir el fin de la violencia de género y la protección efectiva de sus derechos. La marcha, que inició en el emblemático Parque de las Luces y culminó en el Parque de los Deseos, reflejó el creciente clamor por acciones concretas frente a las alarmantes cifras de violencia contra las mujeres en Antioquia y toda Colombia.
Este año, la urgencia de la convocatoria se vio reforzada por estadísticas desoladoras: 19 mujeres asesinadas en Antioquia en lo que va del año, de las cuales 6 perdieron la vida en Medellín. A nivel nacional, al menos 43 mujeres han sido víctimas de violencia de género en los primeros meses de 2024, con cinco feminicidios confirmados solo en Antioquia. Además, más de 1.000 mujeres han reportado casos de violencia a través de la línea 123 Agencia Mujer, evidenciando una crisis que no da tregua.
La movilización contó con la participación de diversos grupos feministas y organizaciones comprometidas con la equidad de género, como la Red Feminista Abolicionista de Medellín y la Cooperativa Confiar. La manifestación se desarrolló mayoritariamente en paz, aunque se registraron actos de vandalismo contra infraestructura del transporte público, específicamente cuatro estaciones de Metroplús, que fueron rechazados tanto por otras manifestantes como por autoridades locales.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, condenó los actos vandálicos, distinguiéndolos de la legítima reivindicación de derechos. En paralelo, anunció la implementación de una ruta articulada, en colaboración con la Fiscalía, destinada a prevenir los feminicidios y mejorar la atención a las víctimas de violencia de género. Esta iniciativa busca fortalecer la coordinación entre diferentes entidades para ofrecer una respuesta más efectiva y oportuna a las mujeres en situación de riesgo.
La secretaria de las Mujeres de Medellín, Valeria Molina, destacó la importancia de esta nueva estrategia como un paso hacia una mayor articulación institucional en la protección y acompañamiento de las mujeres víctimas de violencia. Con rutas específicas de salud, justicia y protección, el proyecto promete una intervención más ágil y enfocada en las necesidades de las afectadas.
La marcha del 8M en Medellín no solo fue un acto de protesta contra la violencia de género, sino también una demostración de la determinación colectiva de las mujeres por defender sus derechos y exigir un cambio real. En un contexto de cifras alarmantes y desafíos persistentes, la movilización subraya la necesidad de acciones concretas y coordinadas para garantizar la seguridad y la dignidad de todas las mujeres en la sociedad.