En un giro inesperado y audaz durante la 96ª edición de los Premios Óscar, John Cena, el renombrado luchador profesional y actor, dejó al público y a los espectadores de todo el mundo boquiabiertos al aparecer desnudo en el escenario del teatro Dolby en Hollywood, Los Ángeles. Encargado de presentar el premio a mejor vestuario, Cena optó por un acto sin precedentes, cubriéndose únicamente con la tarjeta que contenía el nombre del ganador.
Este acto sorpresivo no fue solo una ocurrencia espontánea, sino un homenaje cuidadosamente planeado a uno de los momentos más inusuales en la historia de los Óscar. Remontándose a la 46ª edición de los premios en 1974, cuando un hombre desnudo irrumpió en el escenario durante la presentación de David Niven a Elizabeth Taylor, Cena quiso evocar ese instante de manera humorística y memorable.
La aparición de Cena, lejos de ser un simple acto de exhibicionismo, fue introducida por el presentador de la gala, Jimmy Kimmel, con una referencia directa al incidente de 1974, preguntando retóricamente al público: «¿Se imaginan que un hombre corriera desnudo ahora?». La entrada de Cena en escena, lenta y deliberada, no solo capturó la atención de todos, sino que también generó una mezcla de sorpresa y admiración.
Sin embargo, el momento cómico no terminó ahí. Tras la inicial conmoción, Cena, manteniendo el tono humorístico del acto, expresó su arrepentimiento por participar en una «broma de tan mal gusto», destacando la elegancia del evento y criticando la sugerencia de Kimmel. La situación culminó con Cena regresando al escenario vestido con una toga dorada, evocando las cortinas del teatro, en un gesto que buscaba restablecer la solemnidad del evento, aunque sin perder el toque humorístico.
Este acto no solo se convirtió en uno de los momentos más comentados de la noche, sino que también catapultó a John Cena a la categoría de tendencia internacional, demostrando su capacidad para sorprender y entretener más allá del ring de lucha libre o la pantalla grande. Con este homenaje, Cena no solo recordó uno de los episodios más peculiares de los Óscar, sino que también dejó su propia huella en la historia de estos prestigiosos premios, mezclando el respeto por la tradición con un audaz sentido del humor.
