El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia ha publicado cifras que ilustran un año desafiante para la economía del país, confirmando que el 2023 se cerró con un crecimiento marginal del 0.6%. Este crecimiento, significativamente inferior al 7.3% reportado el año anterior, destaca la entrada de Colombia en un periodo de estanflación, caracterizado por un estancamiento económico acompañado de una inflación persistentemente alta, que cerró el año en 9.28%.
Este bajo rendimiento económico, el peor desde la crisis financiera de 1999 excluyendo el año pandémico de 2020, ha sido una sorpresa para analistas y entidades financieras, cuyas proyecciones oscilaban entre el 0.9% y el 1.4%. La desaceleración es evidente al considerar la trayectoria del país desde tasas de crecimiento anual de dos dígitos post-pandemia, a una marcada disminución a lo largo del 2023, culminando con un modesto repunte de 0.3% en el último trimestre.
Frente a esta situación, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha urgido al Banco de la República a considerar un recorte en las tasas de interés, actualmente en 12.75%, con la esperanza de estimular tanto la inversión pública como la privada para alcanzar un objetivo de crecimiento del 1.5% para 2024.
Sin embargo, no todas las noticias son negativas. Algunos sectores, como el financiero y el de seguros, mostraron un crecimiento robusto de 7.9%, seguido de los sectores de entretenimiento y de administración pública, educación y salud. Aunque estas áreas experimentaron crecimiento, la caída pronunciada en sectores clave como la construcción, que se contrajo un 4.2%, y las industrias manufactureras, con una disminución del 3.5%, subraya los desafíos estructurales que enfrenta la economía colombiana.
La caída en la inversión es particularmente alarmante, con una disminución del 24.8% en la formación bruta de capital, la cual ha restado significativamente al crecimiento general. Este declive en la inversión refleja no solo el alto costo del crédito sino también una marcada desconfianza por parte de los empresarios, exacerbada por la incertidumbre política y las propuestas de reformas del Gobierno.
A medida que Colombia se enfrenta a este difícil panorama económico, la prioridad es generar un ambiente de certidumbre y confianza que propicie la inversión y reactive sectores críticos afectados. La eficiencia en la ejecución del presupuesto general de la nación, la prudencia fiscal y la certidumbre en las reglas de juego son fundamentales para superar este periodo de estanflación y sentar las bases para un crecimiento económico sostenible y equitativo.
Ministro de Hacienda Propone Revolución en Aduanas Frente a Contracción Económica
Tras la publicación de las cifras de crecimiento económico de Colombia en 2023, que apenas alcanzó el 0,6%, muy por debajo de las expectativas de analistas y entidades financieras, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, lanzó una propuesta audaz: un profundo cambio en las aduanas del país. Esta medida busca enfrentar directamente uno de los principales problemas identificados en la desaceleración económica: el contrabando textil, que ha golpeado fuertemente a la industria nacional.
La economía colombiana, que se mantuvo alejada del fantasma de la recesión gracias a este modesto crecimiento, vio caídas significativas en sectores clave como la industria, la construcción y el comercio. Específicamente, el sector textil ha sido uno de los más afectados por el contrabando, situación que ha llevado a Bonilla a considerar urgente una reestructuración en el sistema aduanero para combatir eficazmente esta problemática y revitalizar la producción nacional.
Dentro de su diagnóstico, el ministro destacó tres aspectos preocupantes: la reducción de inventarios tanto en mercancías generales como en el sector de la construcción, la necesidad de impulsar nuevos procesos de producción para superar la fuerte caída en la formación bruta de capital, y el impacto devastador del contrabando textil en la industria. La estrategia propuesta implica no solo combatir el ingreso ilegal de productos sino también alinear la inversión pública y privada para fortalecer el crecimiento económico en 2024.
Además, Bonilla hizo un llamado al Banco de la República para continuar con la política de reducción de tasas de interés, iniciada recientemente con el ajuste de 13,25% a 13%. Este enfoque busca enviar un mensaje positivo al mercado, facilitando la recuperación económica y la inversión. La medida sugiere un balance entre políticas monetarias y fiscales que, en conjunto con la reforma en aduanas, pretende establecer las bases para un crecimiento sostenido y equitativo, en un año que aún ofrece espacio para correcciones y mejoras estratégicas.
