A pocos días de la inauguración de la COP16 en Cali, el Gobierno del presidente Gustavo Petro ha reforzado su estrategia de seguridad en respuesta a las amenazas de las disidencias de Iván Mordisco. A pesar del complejo escenario en el Cañón del Micay, donde las Fuerzas Militares adelantan la operación Perseo, el Ejecutivo reiteró su compromiso para garantizar el desarrollo exitoso del evento, que reúne a delegados de todo el mundo.
Daniela Gómez Rivas, viceministra para las Políticas de Defensa y Seguridad, destacó que más de 11.000 uniformados, incluyendo 4.000 policías adicionales y 1.700 soldados, están desplegados en Cali y sus alrededores para mantener la seguridad. La estrategia también contempla equipos especializados, como unidades SWAT, sistemas antidrones y tres helicópteros para vigilancia aérea continua.
La ciudad ha sido organizada en tres zonas clave para el operativo: la Zona Azul (Centro de Eventos Valle del Pacífico), bajo responsabilidad de la ONU; la Zona Verde (Bulevar del Río); y la Zona Naranja (áreas comerciales y hoteleras), controladas por las agencias de seguridad colombianas. Además, se ha desarrollado una aplicación de asistencia multilingüe (APP123) para los delegados, asegurando su movilidad y protección las 24 horas.
Ante las advertencias de las disidencias para no asistir al evento, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, reiteró que “el Estado colombiano está preparado para responder a cualquier amenaza”. Asimismo, subrayó que la seguridad de la COP16 es prioritaria no solo por su relevancia ambiental, sino porque refleja la capacidad del país para organizar eventos de alto nivel. La meta del Gobierno es convertir a Colombia en un referente turístico global, proyectando la llegada de 7,5 millones de visitantes internacionales para 2026
