El segundo debate de la reforma laboral en la plenaria de la Cámara de Representantes está en marcha, con un clima mixto de expectativas y críticas. La iniciativa gubernamental, que ha sido modificada en varios puntos clave, enfrenta un ambiente complejo que podría determinar su futuro legislativo y su impacto en el mercado laboral colombiano.
El nuevo texto, firmado por siete de los diez ponentes y presentado el 14 de agosto, introduce seis cambios significativos. Entre ellos destaca la obligatoriedad de contratar a los trabajadores a término indefinido, salvo en casos específicos. Esta medida podría aumentar los costos laborales al elevar la indemnización por despido sin justa causa y establecer un pago del 100% sobre el salario ordinario para los días de descanso obligatorio, incluidos domingos y festivos. La reforma también propone ajustes en la jornada laboral, adelantando el inicio del turno nocturno a las 7 p.m. y extendiendo la jornada diurna desde las 6 a.m. hasta las 7 p.m.
Uno de los aspectos más discutidos es el aumento en los costos laborales y la reestructuración del contrato de aprendizaje, que se transformaría en un contrato laboral con todos los derechos y prestaciones correspondientes. Este cambio, que busca mejorar las condiciones de los aprendices, podría elevar aún más los costos para los empleadores y complicar la dinámica de contratación en sectores clave.
Además, la reforma introduce un proceso disciplinario más riguroso para la imposición de sanciones, con al menos siete etapas definidas, lo que podría crear un entorno más estructurado pero también más burocrático para las empresas. El proyecto también aborda el sector transportador, incorporando un artículo para resolver las necesidades del gremio, lo cual podría tener un impacto significativo en la dinámica del transporte público.
Sin embargo, la oposición, representada principalmente por el Centro Democrático y el Partido Conservador, critica la inclusión tardía de estos cambios, alegando que podrían violar el principio de consecutividad establecido por la Corte. Este desacuerdo refleja las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, especialmente tras el reciente conflicto sobre el presupuesto para 2025.
El resultado del segundo debate será crucial para determinar si la reforma avanzará en su trámite legislativo o si enfrentará más obstáculos. El futuro de esta reforma podría tener implicaciones profundas para el mercado laboral colombiano, afectando tanto a trabajadores como a empleadores en un momento en que la estabilidad económica y la capacidad de adaptación al cambio son esenciales.
