La relación entre Colombia y Venezuela volvió a encender el debate político, luego de que la Cámara de Representantes aprobara una proposición que insta al presidente Gustavo Petro a no asistir a la ceremonia de posesión de Nicolás Maduro, programada para enero próximo. Con 75 votos a favor y 27 en contra, la iniciativa busca expresar el rechazo del Congreso al proceso electoral venezolano, considerado fraudulento e ilegítimo por parte de diversos sectores políticos.
Proposición en el Congreso: rechazo a las elecciones venezolanas
El vicepresidente de la Cámara, Jorge Rodrigo, quien lideró la propuesta, argumentó que “Venezuela se robó las elecciones”. Según Rodrigo, la asistencia de Petro a la posesión de Maduro implicaría un reconocimiento tácito a un gobierno que, según él, carece de legitimidad. “No hemos visto las actas, ni las vamos a ver porque no existen. El presidente colombiano no puede respaldar un robo del siglo democrático”, afirmó en sesión plenaria.
La proposición se enmarca en un contexto en el que sectores del Congreso han cuestionado la postura de Colombia frente a la crisis política en Venezuela. A pesar de ello, el gobierno de Petro ha mantenido relaciones diplomáticas con Caracas, insistiendo en la necesidad de diálogo y respeto por los derechos humanos en el vecino país.
La respuesta de Petro: «Es mi decisión»
El presidente Gustavo Petro reaccionó a través de la red social X, defendiendo su autonomía constitucional en materia de relaciones exteriores. “El presidente es el responsable constitucional de las relaciones exteriores de Colombia. Invito al Congreso a no invadir la esfera constitucional del presidente. En su debido momento decidiré si asisto o no a la posesión del actual presidente de Venezuela”, escribió.
Petro reiteró su enfoque de mantener la diplomacia como herramienta central en la relación con Venezuela, pero ha sido crítico del proceso electoral que llevó a la reelección de Maduro. Recientemente, calificó las elecciones como un «error», señalando que “no hay un voto libre si hay un bloqueo” en referencia a las restricciones internacionales y al ambiente político interno en Venezuela.
El dilema de la relación con Venezuela
El viceministro de Relaciones Exteriores, Jorge Rojas, respaldó la postura del Gobierno, subrayando que, aunque existen serias dudas sobre la transparencia del proceso electoral venezolano, Colombia continuará buscando el diálogo. “No reconocemos un resultado específico, pero mantenemos las relaciones con Venezuela. La paz política en el país vecino es esencial”, afirmó.
Sin embargo, esta postura ha dividido a las bancadas del Congreso, especialmente en un contexto donde Estados Unidos y otras naciones han cuestionado la legitimidad de Maduro. Los sectores de oposición consideran que la visita de Petro a la posesión fortalecería la narrativa de Maduro y podría debilitar la posición internacional de Colombia.
La proposición del Congreso pone en evidencia la fricción entre la necesidad de mantener relaciones diplomáticas con Venezuela y el desafío de no legitimar un régimen ampliamente cuestionado por su falta de transparencia y violaciones a los derechos humanos.
La decisión de Petro, que aún no se ha hecho pública, marcará un punto crucial en la política exterior colombiana, ya que definirá hasta qué punto su gobierno está dispuesto a mantener una línea pragmática frente a Venezuela o a respaldar las demandas de sectores que exigen un rechazo categórico al gobierno de Maduro.
Con el 10 de enero acercándose, la política exterior de Colombia enfrenta una prueba de equilibrio en un tema que no solo afecta la relación bilateral, sino también la percepción del país en el escenario internacional.