Un sofisticado y mortal ataque ha sacudido Líbano, dejando al menos 9 muertos y casi 2.800 heridos tras la explosión simultánea de bíperes cargados con explosivos. Según un informe publicado por The New York Times, los dispositivos, que originalmente provenían de Taiwán y fueron fabricados por la empresa Gold Apollo, habrían sido interceptados y manipulados por agentes israelíes antes de su llegada a Líbano, donde Hezbolá los utilizaba como herramientas de comunicación interna.
Los bíperes, aparatos de mensajería y localización popularizados en los años 80 y 90, no requieren tarjetas SIM ni conexión a internet, lo que los hacía aparentemente seguros para su uso en un entorno de conflicto. Sin embargo, los investigadores revelaron que el lote de más de 3.000 bíperes, en su mayoría del modelo AP924, fue saboteado para convertirlos en artefactos explosivos sin levantar sospechas. Cada dispositivo contenía alrededor de 20 gramos de PETN, un explosivo extremadamente potente y sensible al calor y la fricción.
El ataque ha sido atribuido por Hezbolá a Israel, cuyo gobierno aún no ha emitido una declaración oficial al respecto. Elijah Magnier, analista militar y de seguridad, explicó que para incrustar el detonador explosivo en los bíperes, Israel habría tenido que infiltrarse en la cadena de producción, lo que sugiere una operación de inteligencia meticulosamente planificada. Magnier agregó que el uso del explosivo PETN, conocido por su estabilidad y alto poder destructivo, indica un nivel de sofisticación considerable en la operación.

Las explosiones ocurrieron en diversas áreas consideradas baluartes de Hezbolá, lo que llevó a la organización proiraní a señalar directamente a Israel como responsable del atentado. El grupo islamista había comenzado a utilizar los bíperes hace cinco meses, confiando en su aparente fiabilidad y anonimato en las comunicaciones. Sin embargo, este ataque, que se suma a las tensiones crecientes en la región, representa una nueva escalada en el conflicto entre Israel y Hezbolá, extendiendo el foco de las operaciones militares israelíes más allá de la Franja de Gaza hacia la frontera con Líbano.
El uso de esta tecnología obsoleta pero eficaz en el contexto del conflicto ha revivido el debate sobre las capacidades de inteligencia y el alcance de las operaciones encubiertas de Israel en Oriente Medio. Mientras tanto, las autoridades libanesas están investigando los detalles técnicos del ataque, en un esfuerzo por comprender cómo los dispositivos fueron saboteados y activados, lo que ha dejado a miles de personas heridas y a la región en un estado de alerta máxima.