La reforma tributaria del gobierno del presidente Gustavo Petro ha generado polémica debido al artículo 21, que propone un aumento significativo en el impuesto al carbono para diversos combustibles, como la gasolina, el diésel y el combustible para aviones. Este incremento impactaría directamente en el costo para los usuarios finales.
Actualmente, el impuesto para la gasolina es de $186,37 por galón, pero con la reforma se incrementaría a $658,91, lo que representa un alza de $472,54. Para el diésel, el impuesto subiría de $210,63 a $753,04, aumentando $542,41. El jet fuel también experimentaría un incremento, pasando de $254,22 a $753,04 por galón.
Estos ajustes no solo afectarían los combustibles líquidos, sino también el gas natural y el gas licuado de petróleo, que verían incrementos significativos. Expertos como Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes, señalan que el precio de la gasolina corriente podría subir en $400 por galón, alcanzando los $16.385.
Además, el impacto en el precio del jet fuel podría encarecer los tiquetes aéreos, ya que las aerolíneas advierten sobre la pesada carga fiscal que ya soportan. Otros sectores, como el transporte de carga y el uso de motos y taxis, también se verían perjudicados por el aumento en los costos operativos debido al alza en los combustibles.
