El reciente enfrentamiento verbal entre el Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, y el Clan del Golfo ha generado una nueva controversia en medio de las ya tensas negociaciones de paz. Patiño había afirmado que el grupo armado ilegal planeaba tomar el control de Quibdó, una declaración que no fue bien recibida por los líderes del grupo, quienes, a través de un comunicado, retaron al funcionario a presentar pruebas que respalden sus acusaciones.
El Clan del Golfo, también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), utilizó sus redes sociales para desmentir las declaraciones de Patiño. En su comunicado, exigieron que cualquier evidencia de los supuestos planes de toma de Quibdó sea hecha pública y que las negociaciones con el Gobierno se manejen a través de los canales oficiales designados para evitar malentendidos. Además, insistieron en que Patiño debe respetar la identidad del grupo y no dejarse influenciar por «rumores infundados» que, según ellos, son propagados por otros actores armados con el objetivo de sabotear el proceso de paz.
El grupo también reiteró su compromiso con el diálogo y la construcción de confianza, destacando la importancia de no caer en lo que calificaron como «estrategias de los enemigos de la paz». En su mensaje, hicieron un llamado a que el Gobierno Nacional mantenga el respeto y la seriedad en el proceso, evitando transmitir información que pueda comprometer el avance de las negociaciones.
Este cruce de declaraciones se da en un contexto de incertidumbre, donde el proceso de paz con el Clan del Golfo sigue enfrentando desafíos significativos. A pesar de las tensiones, ambas partes han expresado su disposición a continuar con las conversaciones, buscando alcanzar un acuerdo que ponga fin a la violencia que ha afectado a miles de colombianos, especialmente en regiones como el Chocó, donde la presencia del grupo ha sido especialmente notoria.
La situación sigue en desarrollo, y la expectativa ahora se centra en cómo el Gobierno y el Clan del Golfo manejarán este impasse para evitar que se convierta en un obstáculo insalvable en el camino hacia la paz.