En un caso que podría convertirse en uno de los mayores escándalos corporativos en Colombia, ha salido a la luz que una empresa supuestamente china, que apenas fue constituida en Panamá 12 días antes de recibir un millonario contrato, fue la encargada de construir un gasoducto estratégico para Medellín. La compañía, denominada Shanghai Engineering Technology Corp (Setco), fue seleccionada para llevar a cabo la obra tras cambiar su nombre desde International Superior Foods, una firma que permaneció inactiva durante más de dos años.
El contrato en cuestión, valorado en cerca de 5 billones de pesos, fue firmado entre EPM y Canacol para la construcción de un gasoducto de 289 kilómetros de largo que conectaría los campos de gas en Jobo, Córdoba y Sucre, con la capital antioqueña. Este gasoducto, valorado en 1,6 billones de pesos (unos 400 millones de dólares), fue considerado una obra estratégica para la región, ya que reduciría significativamente la distancia para transportar gas a Medellín.
Sin embargo, las investigaciones han revelado que Setco no era una empresa china, sino una fachada creada en Panamá. A pesar de su reciente constitución, la compañía fue presentada como un consorcio chino por Canacol en un boletín oficial. Rodolfo José González Cáceres, un colombiano vinculado a la compañía, afirmó haber sido designado como presidente de Setco, aunque renunció en enero de 2023 debido a la falta de formalización del contrato.
El escándalo ha generado preocupación sobre la transparencia en la adjudicación de contratos en Colombia, especialmente en proyectos de gran envergadura. A pesar de las denuncias y la presentación de pruebas a las autoridades, hasta la fecha, no se ha avanzado en la investigación. Con el retiro de Canacol del proyecto en octubre de 2023, días antes de las elecciones municipales, la historia parece haber quedado en el olvido, aunque los cuestionamientos sobre el destino de los recursos y la verdadera identidad de los beneficiarios continúan latentes.