A pesar de los esfuerzos del Gobierno por incrementar las matrículas en las universidades públicas, las cifras recientes presentan una paradoja preocupante: las instituciones públicas experimentaron una caída en su número de estudiantes matriculados, mientras que las privadas mostraron un notable aumento. Este fenómeno pone en entredicho las políticas educativas actuales y plantea serios desafíos para el futuro de la educación superior en Colombia.
De acuerdo con los datos más recientes del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), las matrículas en instituciones de educación superior (IES) públicas descendieron de 1’341.339 estudiantes en 2022 a 1’333.971 en 2023, una disminución de 7.368 estudiantes. Por otro lado, las universidades privadas aumentaron sus matrículas de 1’124.889 a 1’141.862 en el mismo periodo, recuperando terreno tras varios años de descenso.
Este desbalance ocurre en un contexto donde el gobierno ha implementado políticas como la gratuidad en la matrícula para las instituciones públicas y el cierre de programas como Generación E, que financiaba la educación de jóvenes en universidades privadas. Sin embargo, estas medidas no han logrado detener la caída en las matrículas públicas. De hecho, 39 de las 74 IES públicas reportaron una disminución en sus matrículas, destacándose instituciones importantes como la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

En contraste, las universidades privadas han visto un repunte gracias a estrategias internas y estímulos externos como los acuerdos con Icetex para cubrir la tasa de interés de los estudiantes con créditos educativos. La Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad) se destacó entre las públicas con un incremento de 28.146 estudiantes, mientras que instituciones privadas como la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN) y Uniminuto mostraron los mayores crecimientos en matrículas, reflejando una preferencia creciente por alternativas privadas accesibles.
El análisis de estos datos revela una elevada deserción en el sistema educativo, que impide un crecimiento real en las matrículas totales. Esta situación pone de relieve la necesidad de revisar y ajustar las políticas educativas para asegurar una mejor retención de estudiantes y una alineación efectiva con las demandas del mercado laboral. El aumento en la cobertura educativa, que alcanzó el 55.38% en 2023, es un logro insuficiente frente a las metas del Plan Nacional de Desarrollo, que proyecta alcanzar el 62% en 2026.
En conclusión, el descenso en las matrículas de las universidades públicas, a pesar de las políticas de apoyo, y el aumento en las privadas indican un desajuste en las estrategias gubernamentales. Es fundamental que se implementen medidas que no solo atraigan a más estudiantes a las instituciones públicas, sino que también aseguren su permanencia y éxito académico. Esto incluye mejorar la calidad educativa, ofrecer mayor apoyo financiero y garantizar que la educación superior sea una opción viable y atractiva para todos los jóvenes colombianos.