El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, se unió al creciente coro de líderes internacionales que han expresado preocupaciones sobre la transparencia de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. En un comunicado emitido por la Cancillería brasileña, Lula pidió una «verificación imparcial de los resultados» de los comicios, en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como ganador con el 51,2% de los votos, frente al 44,2% obtenido por el opositor Edmundo González Urrutia.
El gobierno brasileño subrayó la importancia de seguir atentamente el proceso de recuento y destacó el carácter pacífico de la jornada electoral, a pesar de las denuncias de irregularidades presentadas por la oposición venezolana. Lula, conocido por su postura progresista, se desmarcó así de otros líderes de izquierda que han apoyado a Maduro, como Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua.
La reacción de Lula se suma a las críticas de países como Estados Unidos, Chile, Perú, Costa Rica y la Unión Europea, que han cuestionado la legitimidad del proceso y han solicitado una revisión exhaustiva de los resultados. En contraste, naciones como China, Rusia y Bolivia han felicitado a Maduro por su reelección, destacando la polarización internacional en torno a la situación en Venezuela.
Maduro, quien ha estado en el poder desde 2013, se enfrenta a acusaciones de fraude y de violar la voluntad popular. La oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, ha reclamado la victoria con un supuesto 70% de los votos, y ha instado a sus seguidores a mantenerse en los centros de votación para garantizar la transparencia del proceso. La comunidad internacional sigue observando con atención los desarrollos en Venezuela, mientras se espera una resolución que respete los principios democráticos y la paz en el país.