En un esfuerzo por aliviar los problemas de flujo de caja que enfrenta la Universidad de Antioquia, el gobernador Andrés Julián Rendón anunció este miércoles el desembolso de $11.000 millones, correspondientes a los aportes del departamento para los meses de junio y julio. Esta medida busca ayudar a la universidad a cumplir con los compromisos de nómina, que recientemente no pudieron ser pagados a tiempo por primera vez en la historia de la institución.
El gobernador, acompañado por el secretario de Educación departamental, Mauricio Alviar, aprovechó la ocasión para criticar los gastos excesivos de la universidad en viáticos, viajes y horas cátedra. Rendón enfatizó la necesidad de compromisos reales de austeridad por parte de la directiva, encabezada por John Jairo Arboleda, sugiriendo que una reducción del 50% en los contratos de hora cátedra podría ahorrar hasta $60.000 millones al año. Además, propuso que los profesores con doctorado y maestría destinen hasta el 30% de su tiempo a la docencia.
La Gobernación también anunció un desembolso adicional de $1.100 millones para completar la infraestructura deportiva de la sede del Bajo Cauca, destacando su compromiso con la regionalización. Sin embargo, Rendón fue claro en su mensaje de que este apoyo financiero debe ir acompañado de una mayor austeridad y eficiencia en la gestión de recursos por parte de la universidad.

En una asamblea reciente, docentes y estudiantes pidieron a la directiva que tome medidas concretas para reducir costos en viáticos, seguridad, aseo y cafetería, así como para hacer un uso racional del agua y la energía y disminuir gastos de papelería, publicidad y bienes institucionales. También se criticó el crecimiento desbordado de los gastos de funcionamiento, que en 2023 alcanzaron su nivel más alto en 14 años.
El vicerrector general, Elmer Gaviria, defendió la gestión de la rectoría, atribuyendo parte de la crisis financiera a la utilización de recursos del fondo patrimonial para apalancar gastos de funcionamiento. Gaviria señaló que la pandemia y otras contingencias obligaron a retirar $50.000 millones del fondo, destacando las dificultades para obtener nuevos créditos de tesorería o vender bienes para generar recursos adicionales.
La situación financiera de la Universidad de Antioquia sigue siendo crítica, y mientras la Gobernación muestra disposición para apoyar, insiste en la necesidad de una administración más austera y eficiente para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la institución.