Medellín ha experimentado un notable auge en la llegada de nómadas digitales, alcanzando un promedio de 8.300 nuevos visitantes al mes, según un estudio reciente de la firma Breakthrough. Este fenómeno, impulsado por el atractivo de la ciudad y su calidad de vida, está generando un impacto económico significativo, ya que estos trabajadores remotos gastan hasta 15 veces más que el turista promedio.
Yannick Weiand, un consultor alemán de emigración, es uno de estos nómadas digitales que decidió establecer su oficina temporal en Medellín. «Vine para aprender español y me enamoré de la ciudad. Ahora trabajo desde aquí, disfrutando del clima y de los espacios de coworking», comenta Yannick, quien lleva dos años en la ciudad. Su historia refleja la tendencia creciente de profesionales que prefieren trabajar en ambientes flexibles y estimulantes.
Los espacios de coworking en Medellín, como Quokka Coworking, han visto un aumento en la demanda. Laura Pedraza, community manager de Quokka, señala que un coworking puede albergar hasta siete nómadas digitales diarios, quienes alquilan espacios para trabajar por un máximo de seis horas. «Ellos valoran la libertad de manejar su tiempo y la posibilidad de socializar mientras trabajan», explica Pedraza.
Sin embargo, este auge también presenta desafíos. Una investigación de la Universidad de Medellín resalta que, aunque la llegada de nómadas digitales trae bonanza económica, también puede contribuir a la gentrificación, incrementando los costos de vida y servicios en la ciudad. Liliana Franco, docente investigadora, menciona que las nómadas digitales, con su mayor capacidad económica, podrían incidir en el aumento de los precios de los alquileres y otros servicios.
Además, Franco sugiere la implementación de un cobro diferencial de impuestos para estos trabajadores, similar a un visado especial o el pago de una ARL temporal, para equilibrar los beneficios económicos que obtienen con sus contribuciones fiscales al país. Pese a los retos, el fenómeno del nomadismo digital también ofrece oportunidades significativas para Medellín, como la promoción de la ciudad como un destino turístico innovador y el desarrollo de nuevos modelos de negocio en torno a este estilo de vida.