El sector comercial de Colombia enfrenta una crisis prolongada, con 16 meses consecutivos de caídas en ventas, según la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco). Este descenso persistente refleja una tendencia económica negativa que ni eventos importantes como Semana Santa o el Día del Niño han podido revertir. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, expresó preocupación por la falta de una recuperación visible en el horizonte cercano.
Según la bitácora económica de Fenalco, un abrumador 81% de los comerciantes reportó en abril que sus ventas fueron inferiores o iguales a las del mismo mes del año anterior. A pesar de algunas mejoras marginales en categorías específicas como vehículos, motocicletas, libros y juguetes, gracias a las festividades y estrategias de descuentos, la percepción general entre los comerciantes sigue siendo negativa. Solo el 23% de los encuestados espera mejoras en su desempeño de ventas para el próximo semestre.
El informe destaca que la inflación y las altas tasas de interés han afectado significativamente la capacidad de consumo de los hogares y la inversión empresarial. Aunque hay expectativas de que la desaceleración de la inflación y la reducción de las tasas de interés puedan proporcionar algún alivio en la segunda mitad del año, la incertidumbre y la falta de confianza continúan inhibiendo una recuperación económica robusta.
Además, la inseguridad se ha convertido en un problema creciente para los comerciantes, con el 87% de ellos reportando una percepción negativa sobre la seguridad. Esto ha exacerbado el clima de preocupación, con un impacto directo en la disposición de los consumidores para participar en actividades comerciales, especialmente en áreas urbanas.
Fenalco ha hecho un llamado al Gobierno Nacional para que implemente un plan de reactivación económica que priorice la contribución del sector privado y aborde los desafíos actuales. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento económico para el primer trimestre se estiman en solo un 1.3%, un nivel que Cabal describió como «realmente muy pobre», exacerbado por un aumento en la tasa de desempleo.
Este escenario subraya la urgencia de medidas efectivas que puedan estimular la economía, mejorar la seguridad y fortalecer la confianza tanto de empresarios como de consumidores, para evitar que el sector comercial siga enfrentando dificultades en el futuro.