En Colombia, la proporción de personas que optan por arrendar vivienda sigue en aumento, mientras que el tamaño promedio de los hogares continúa disminuyendo, reflejando cambios significativos en las dinámicas familiares y residenciales del país. Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), realizada en 2023, el 40.3% de la población vive en arrendamiento, superando ligeramente al 39.5% que reside en viviendas propias.
Este fenómeno es más notable en áreas urbanas como Bogotá y Risaralda, donde los porcentajes de hogares en arriendo alcanzan el 51.6% y 47.3%, respectivamente. Estas cifras destacan un crecimiento sostenido del arrendamiento frente a la propiedad, una tendencia que expertos atribuyen a factores económicos, la flexibilidad en la movilidad laboral y cambios en las preferencias de vivienda entre las generaciones más jóvenes.
Paralelamente, la encuesta revela una disminución en el número promedio de personas por hogar, que ahora es de 2.90, continuando la tendencia de reducción observada en años anteriores. Este cambio sugiere una transformación en la estructura familiar tradicional, con un aumento en los hogares biparentales y unipersonales. El departamento de Atlántico registra el mayor promedio de personas por hogar, mientras que Vichada y Putumayo tienen los menores promedios, reflejando variaciones regionales significativas.
Los resultados también indican que los hogares con jefatura femenina, que representan el 45.4% del total, tienden a tener una mayor presencia de arrendatarios comparado con los dirigidos por hombres. Este dato subraya las diferencias de género en el acceso a la propiedad de vivienda y podría reflejar mayores desafíos económicos enfrentados por las mujeres en Colombia.
Además, la encuesta destaca una reducción en el déficit habitacional, que cayó 1.5 puntos porcentuales en 2023, situándose en 28.9%. Este progreso se debe en parte al uso de mejores materiales en las construcciones y a un mayor acceso a servicios básicos, aunque aún persisten desafíos significativos, especialmente en regiones como la Orinoquia-Amazonia, Chocó y San Andrés.
Estos datos son cruciales para entender las tendencias habitacionales en Colombia y resaltan la importancia de políticas efectivas que aborden las crecientes necesidades de vivienda en un contexto de desigualdad socioeconómica y cambios demográficos. Asimismo, subrayan la urgencia de implementar estrategias que aseguren la equidad en el acceso a vivienda digna, en línea con los objetivos de la Agenda 2030 sobre reducción de pobreza y desigualdades.