Después de un período de sequía, Antioquia ha experimentado un incremento en las lluvias que, aunque ha contribuido a elevar ligeramente los niveles de los embalses, no ha sido suficiente para alejar el fantasma de la escasez de agua. Empresas Públicas de Medellín (EPM) ha publicado recientemente un informe detallando el estado actual del sistema de acueducto que muestra un aumento en los niveles de los embalses, pero también un preocupante incremento en el consumo de agua por parte de los residentes.
El informe de EPM destaca que, pese a las lluvias recientes, el embalse La Fe solo ha visto una subida marginal de su nivel, pasando de 52.77% a 53.33%. Situaciones similares se observan en los embalses Piedras Blancas y Riogrande II, que también registraron aumentos modestos. Sin embargo, el incremento en el consumo de agua se ha destacado particularmente, con un aumento de casi 24,000 metros cúbicos en un solo día, lo que eleva preocupaciones sobre la gestión y uso eficiente del recurso hídrico.
La disminución en la intensidad de las precipitaciones en áreas clave también ha generado alarma. Por ejemplo, el embalse La Fe, que abastece al 45% del Valle de Aburrá, registró una caída drástica en la cantidad de lluvia recibida, pasando de 16.26 mm a solo 0.51 mm en un día. Esto sugiere que, aunque la temporada de lluvias ha comenzado, su impacto puede ser limitado y no uniforme a través de la región.
Ante esta situación, EPM ha emitido un llamado a la población para que haga un uso más responsable del agua. La empresa enfatiza la importancia de este recurso y la necesidad de contribuir a su preservación para asegurar la continuidad del servicio de acueducto, especialmente en un momento donde las lluvias pueden no ser suficientes para revertir completamente la tendencia de disminución en los niveles de los embalses.
La Alcaldía de Medellín y el Sistema de Alertas Tempranas de Medellín (Siata) ya han advertido sobre la temporada de lluvias, que se espera continúe hasta mayo. También se ha discutido la posibilidad de que el fenómeno de El Niño dé paso a condiciones neutras con una alta probabilidad de transición a La Niña en los meses venideros, lo que podría alterar aún más los patrones de lluvia y afectar la gestión del agua.
Este contexto pone de manifiesto la urgencia de adoptar medidas de conservación del agua y prepararse para una gestión efectiva ante variaciones climáticas que podrían impactar significativamente en la disponibilidad del recurso hídrico en el futuro cercano