Ante la prolongada sequía impulsada por el fenómeno de El Niño, que ha reducido drásticamente los niveles de los embalses en Colombia, el presidente Gustavo Petro ha declarado el 19 de abril como día cívico en un esfuerzo por conservar agua y energía. Este día, no oficialmente festivo, invita a los ciudadanos y empresas a reducir voluntariamente su consumo de recursos esenciales, mientras el país enfrenta uno de sus periodos más críticos en términos de recursos hídricos y energéticos.
El mandatario especificó que el decreto busca alentar a los residentes de las grandes ciudades, especialmente Bogotá, a disminuir su consumo de agua potable y energía eléctrica. «Queremos asegurar que, con la llegada inminente de las lluvias, no tengamos que profundizar ningún tipo de racionamiento para ningún servicio que se le entrega al pueblo colombiano», expresó el presidente durante una alocución pública.

Según cifras oficiales, los embalses que surten de agua a la capital han alcanzado niveles críticamente bajos, situándose por debajo del 30% de su capacidad total, un mínimo histórico que amenaza con afectar no solo el suministro de agua sino también la generación de energía hidroeléctrica en la región. La situación ha obligado al gobierno a contemplar medidas drásticas como racionamientos programados y otras restricciones de uso.
La medida ha suscitado diversas reacciones. Mientras algunos ciudadanos y grupos ambientalistas aplauden la iniciativa como una medida necesaria y urgente, otros sectores, especialmente en el ámbito empresarial, han criticado la decisión por la falta de previsión y la posible afectación a la economía. Sin embargo, todos coinciden en la necesidad de adoptar acciones concretas frente a un escenario de cambio climático que cada vez impacta más directamente a Colombia y sus recursos naturales.