A pesar de la declaración del presidente Gustavo Petro de un día cívico nacional este viernes 19 de abril para enfrentar la severa sequía impulsada por El Niño, varios mandatarios locales han decidido no adherirse a la medida. Alcaldes de ciudades clave como Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Cali, Bogotá, Tuluá y Soacha, así como el gobernador de Santander, han anunciado que sus respectivas administraciones operarán con normalidad, desafiando la directriz presidencial.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha sido claro en su rechazo, enfatizando la necesidad de mantener las operaciones cotidianas en la ciudad y criticando la decisión presidencial como inadecuada para las necesidades de su comunidad. «En nuestra Alcaldía de Medellín, no pararemos actividades. Hacemos un llamado a la responsabilidad para que entre todos cuidemos nuestros recursos naturales», afirmó Gutiérrez en una declaración pública.
En Bucaramanga, el alcalde Juan Andrés Beltrán también ha optado por mantener las actividades educativas y laborales en curso, argumentando que «el cuidado de los recursos naturales es cuestión de todos los días», y no sólo de una jornada específica decreta desde el gobierno central.
Por su parte, Alejandro Char, alcalde de Barranquilla, y Gustavo Vélez, alcalde de Tuluá, han comunicado decisiones similares, destacando la importancia de la autonomía territorial y la continuidad de los servicios esenciales para sus ciudadanos. «Comunicamos a la ciudadanía que mañana la Alcaldía de Barranquilla, entidades descentralizadas e instituciones educativas distritales tendrán actividades con total normalidad», anunció la Alcaldía de Barranquilla.
Sin embargo, no todos los mandatarios se oponen al día cívico. El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, y el gobernador del Bolívar, Yamil Arana, han decidido acoger la medida, suspendiendo clases y atención presencial en un esfuerzo por apoyar la iniciativa presidencial de conservación de recursos.
Este panorama de respuestas mixtas revela una tensión entre la administración central y los gobiernos locales sobre cómo manejar la crisis ambiental actual, destacando diferencias en la percepción de urgencia y en los métodos de gestión de recursos naturales críticos.
