La presidenta de Perú, Dina Boluarte, se ve inmersa en una profunda crisis política tras el escándalo de los relojes de lujo, conocido como el ‘caso Rolex’. El partido Perú Libre, antigua afiliación de Boluarte, ha reunido las 26 firmas de congresistas necesarias para iniciar una moción de censura contra la mandataria. La Fiscalía ha llevado a cabo registros tanto en el Palacio de Gobierno como en la residencia de Boluarte, exacerbando la situación. La moción alega una «permanente incapacidad moral» de la presidenta para desempeñar su cargo, basándose en artículos clave de la Constitución Política de Perú.
Este movimiento pone a Boluarte en una posición precaria, ya que se enfrenta a un Congreso dividido donde su base de apoyo es incierta. Aunque los partidos de derecha y ultraderecha que la respaldan podrían bloquear la moción, existe la posibilidad de que otros partidos se unan a la iniciativa si Boluarte no aclara pronto el origen de los relojes en cuestión. Hasta el momento, los partidos que han mostrado su apoyo tras el mensaje a la nación de Boluarte han criticado la falta de explicaciones sobre los lujosos accesorios.
La situación se agrava con la posición firme de algunos congresistas de considerar la vacancia como una «obligación moral» si persiste el silencio de la presidenta y si las investigaciones continúan desvelando posibles indicios de enriquecimiento ilícito. La crítica hacia Boluarte no solo proviene de la esfera política sino también de organizaciones civiles y feministas, que condenan el uso de la discriminación y el sexismo como excusas para evitar el escrutinio público.
Con una cita programada para el próximo 5 de abril, donde deberá presentar los relojes Rolex y prestar declaración, la presidenta Boluarte enfrenta un momento crítico de su mandato. La investigación en curso y la respuesta del Congreso peruano en las próximas semanas serán decisivas para el futuro político de Boluarte y podrían marcar un punto de inflexión en la gobernabilidad del país.
