En una revelación que sacude el panorama político y sindical colombiano, se ha descubierto que la Unión Sindical Obrera (USO), el influente sindicato vinculado a Ecopetrol, autorizó una suma considerablemente mayor de la que se conocía públicamente para apoyar la campaña del presidente Gustavo Petro. Inicialmente, se informó sobre un apoyo financiero de 600 millones de pesos; sin embargo, documentos exclusivos obtenidos por EL TIEMPO evidencian que la cifra real ascendió a 1.033 millones 541 mil pesos, una cantidad que supera por un amplio margen lo previamente admitido por los dirigentes sindicales.
Este descubrimiento surge en un momento crítico, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) profundiza sus indagaciones sobre posibles violaciones a los topes de financiamiento de la campaña presidencial 2022-2026. La controversia alrededor de este financiamiento sindical plantea interrogantes sobre la transparencia y legalidad de los recursos utilizados en las campañas políticas en Colombia, y podría tener implicaciones significativas para los involucrados.
Según César Loza, representante de la USO, el dinero se destinó a actividades internas del sindicato, como reuniones y movilizaciones, con el objetivo de promover la votación. Sin embargo, la aparición de este nuevo informe plantea dudas sobre la distribución y uso específico de estos fondos, especialmente considerando la admisión del tesorero de la USO, Óscar Sánchez Pinto, sobre el monto total y su asignación a diferentes etapas de la campaña electoral.

Este giro financiero a la campaña Petro no es un caso aislado en la historia de la USO, que ha participado activamente en el apoyo a candidatos y causas alineadas con los intereses laborales. Sin embargo, la magnitud de la suma involucrada y las circunstancias de su revelación ponen de manifiesto la compleja interacción entre organizaciones sindicales y políticas en el contexto colombiano, así como la importancia de garantizar la transparencia y rendición de cuentas en el financiamiento de las campañas electorales.
Mientras el país espera más claridad sobre este asunto, la situación resalta la necesidad de un debate más amplio sobre la financiación política y el papel de los sindicatos en la democracia colombiana. Las autoridades electorales, así como los ciudadanos, estarán atentos a las implicaciones de estas revelaciones para el panorama político y sindical del país.