La ciudad de Medellín se encuentra en medio de una creciente preocupación por el bienestar de más de 100 indígenas desplazados, provenientes del Carmen de Atrato, Chocó, que han sido vistos mendigando en diferentes sectores de la capital antioqueña. Este fenómeno, que ya había causado alarma hace más de un año con la llegada de 800 indígenas que buscaron refugio en la Alcaldía de Medellín, vuelve a ser foco de atención por parte de las autoridades y la ciudadanía.
La Personería de Medellín, a través del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados, ha manifestado su preocupación tras identificar que la mayoría de estas personas en situación de calle son menores de edad, lo que representa un agravante significativo de la problemática. Sonia Peña, Líder del Grupo, destacó que cerca del 80% de los indígenas mendigantes son niños y adolescentes, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de esta población.
Estas familias indígenas, que superan las 34 unidades familiares, buscan oportunidades de integración socioeconómica en Medellín, enfrentándose a la falta de políticas efectivas que faciliten su inserción y desarrollo en la ciudad. Entre los principales obstáculos identificados por la Personería se encuentra la ausencia de un espacio público adecuado que permita la venta de sus productos y artesanías, así como la falta de iniciativas de emprendimiento que promuevan su autonomía económica.
Esta situación se ve exacerbada durante temporadas turísticas como Semana Santa y diciembre, períodos en los cuales aumenta el desplazamiento de estas comunidades hacia Medellín. La ciudad, reconocida por su innovación y desarrollo social, se ve ahora desafiada a encontrar soluciones urgentes y efectivas para atender esta crisis humanitaria, garantizando los derechos y la dignidad de las comunidades indígenas desplazadas que buscan refugio y oportunidades en su territorio.