En un giro educativo significativo, Suecia ha decidido reintroducir el uso de libros impresos en sus aulas, moviéndose en contra de la corriente de digitalización que ha dominado el sistema educativo en los últimos años. Este cambio se fundamenta en estudios recientes que apuntan a una disminución en la comprensión lectora y otras habilidades cognitivas fundamentales entre los estudiantes, atribuida a la prevalencia de herramientas digitales en el proceso de aprendizaje.
El Instituto Karolinska, una de las instituciones médicas más prestigiosas de Suecia, ha sido una voz líder en este cambio, señalando que «la evidencia científica clara indica que las herramientas digitales perjudican, más de lo que benefician, el aprendizaje de los estudiantes». Esta declaración subraya la necesidad de un retorno a los métodos tradicionales de enseñanza, privilegiando los libros de texto impresos y el conocimiento transmitido por los docentes sobre las fuentes digitales cuya precisión a menudo no ha sido verificada.
El uso generalizado de la tecnología en las aulas suecas, con estudiantes que asisten a clases armados con smartphones, tablets y computadoras personales, ha llevado a una situación en la que muchos niños del país escandinavo experimentan la lectura de un libro impreso por primera vez. Esta reintroducción de libros físicos no solo pretende mejorar la comprensión lectora y la capacidad de concentración sino también fomentar un vínculo más tangible y profundo con el material de estudio.
El Ministerio de Educación de Suecia ha respaldado esta decisión basándose en estudios que revelan cómo la digitalización excesiva y la exposición temprana a las pantallas han mermado la capacidad de los estudiantes para comprender textos, leer de manera eficiente y desarrollar un vocabulario amplio. A pesar de que Suecia se ubica por encima del promedio europeo en habilidades de lectura, ha experimentado un declive notable en el rendimiento estudiantil desde 2016 hasta 2021, según el Estudio Internacional de Progreso en Alfabetización Lectora.
La implementación de libros impresos en el sistema educativo se recibe con entusiasmo y curiosidad por parte de los alumnos, marcando un retorno a las raíces del aprendizaje y ofreciendo a los estudiantes la oportunidad de enriquecer su conocimiento de manera más efectiva. Aunque la tecnología seguirá siendo una herramienta para realizar tareas en casa, el enfoque principal estará ahora en el aprendizaje a través de medios impresos, en un esfuerzo por revertir las tendencias negativas observadas en las habilidades lectoras y cognitivas de los jóvenes suecos.