En un movimiento sorpresivo y que genera suspicacias en el ámbito político, la Comisión Séptima del Senado ha aplazado la sesión en la que se esperaba votar la ponencia de archivo de la reforma a la salud propuesta por el gobierno de Gustavo Petro. La presidenta de la Comisión, Martha Peralta, anunció que esta crucial votación se pospondrá hasta después de Semana Santa, lo que ha provocado una serie de interrogantes sobre las intenciones y estrategias detrás de este retraso.
Este aplazamiento otorga al Ejecutivo un valioso tiempo adicional para negociar y buscar los apoyos necesarios para evitar el hundimiento de una de sus iniciativas más emblemáticas. La decisión ha causado extrañeza y críticas, especialmente porque ya hay nueve senadores que han expresado su intención de respaldar la ponencia de archivo, lo que en teoría dejaría a la reforma sin posibilidad de avance en su estado actual.
La ausencia del Ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, en el Congreso durante este periodo crítico añade otro elemento de misterio a la situación. Velasco, figura clave en las negociaciones y estrategias gubernamentales dentro del legislativo, no ha hecho apariciones públicas ni ha participado en debates importantes, lo que ha alimentado especulaciones sobre su rol y las tácticas del gobierno frente a este impasse legislativo.
El gobierno, por su parte, mantiene su posición de no retirar la reforma a la salud, a pesar de la creciente oposición y las voces que advierten sobre los riesgos y deficiencias de la propuesta. El presidente Petro ha insistido en que es necesario avanzar con la reforma para evitar el colapso del sistema de salud, aunque esta postura se enfrenta a un escenario cada vez más complejo en el Congreso.
Mientras tanto, un grupo de congresistas celebra lo que consideran una victoria temporal contra la reforma. Legisladores de diferentes partidos han expresado su satisfacción por el aparente hundimiento de la iniciativa, argumentando que la reforma propuesta es inconveniente y podría empeorar la situación del sistema de salud colombiano.
Este escenario deja al país en una encrucijada, con un gobierno decidido a seguir adelante con su proyecto de reforma, pero enfrentando una resistencia significativa en el legislativo. La postergación de la votación hasta después de Semana Santa da al gobierno un margen de maniobra, pero también plantea dudas sobre la viabilidad política y social de la reforma en medio de un debate cada vez más polarizado.
