Las inundaciones provocadas por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) en la región de Valencia, España, han dejado un saldo trágico de 205 muertos, con cifras aún provisionales debido a las continuas labores de rescate. Entre las víctimas confirmadas se encuentra Nelson Quijano, un colombiano de 59 años que había llegado a Valencia para disfrutar de unas vacaciones y explorar la posibilidad de establecerse en el país junto a su familia. La cifra de fallecidos sigue en aumento mientras las autoridades españolas, con apoyo de 500 nuevos efectivos militares, luchan por encontrar a los más de 30 desaparecidos
Las lluvias torrenciales han generado acumulaciones históricas de agua, superando los 445 litros por metro cuadrado en algunas áreas de Valencia. La magnitud de la tragedia ha llevado al colapso de la infraestructura, con más de 100 carreteras y vías férreas paralizadas, dejando ciudades como Valencia incomunicadas con Madrid. Las imágenes aéreas revelan paisajes devastados: automóviles volcados, viviendas anegadas y destrucción en parques industriales y cultivos agrícolas. En la agricultura, se teme por la posible contaminación debido a las numerosas cabezas de ganado muertas, lo cual podría agravar la crisis de salud pública
La tragedia también ha generado una movilización sin precedentes de ayuda por parte de los habitantes de la región, quienes, en muchos casos, recorren largas distancias a pie para entregar alimentos, agua y suministros a las zonas más afectadas. La Agencia Estatal de Meteorología advirtió que la situación de emergencia no ha terminado, y algunas regiones, como Andalucía y Cataluña, permanecen bajo alerta máxima debido a la persistencia de lluvias intensas, con un pronóstico de hasta 140 litros por metro cuadrado en las próximas horas
Por su parte, el gobierno colombiano ha activado el Fondo Especial para Migraciones y coordinado ayuda a través de la embajada en España para asistir a los colombianos afectados. Se espera que las labores de rescate y asistencia se extiendan por varios días más mientras las autoridades intentan restablecer la normalidad en las zonas devastadas. Esta catástrofe, la peor en décadas para Valencia, ha planteado también interrogantes sobre la preparación de la región para enfrentar eventos meteorológicos extremos de este tipo en el futuro