El soldado Ángel Alberto Cerquera García, del Batallón de Infantería de Selva N.° 48, se ha convertido en la tercera víctima mortal de francotiradores del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en tan solo una semana. Cerquera fue impactado por un francotirador en la vereda Tierra Nueva, en Morales, Bolívar, mientras el Ejército desarrollaba operaciones de seguridad en la zona. A pesar de los esfuerzos del enfermero de combate que lo asistió en el lugar, el soldado falleció debido a la gravedad de la herida.
Este nuevo ataque ha aumentado las alarmas en el Ejército Nacional, que ha desplegado un equipo de apoyo para brindar acompañamiento integral a la familia del soldado fallecido. En un comunicado, el Ejército reafirmó su compromiso de proteger a los colombianos y aseguró que intensificará las operaciones en la zona con el objetivo de capturar a los responsables.
Este atentado marca el tercer asesinato de un miembro de la fuerza pública en una semana por francotiradores del ELN, un modus operandi que también cobró la vida de un uniformado de la Policía Nacional y otro soldado en Norte de Santander. Las acciones violentas se intensificaron tras el fin del cese al fuego bilateral anunciado por el ELN, el cual ha dado paso a una escalada de ataques en áreas estratégicas como el oleoducto Caño Limón-Coveñas.
El coronel Leonardo Ferreira, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, expresó su preocupación por el avance de estos ataques en el Catatumbo, señalando que el ELN recurre a la violencia para mantener el control y desestabilizar la región. Según Ferreira, la modalidad empleada por los francotiradores es letal y precisa: “Estos individuos tienen una capacidad de impacto que abarca distancias de entre 600 y 800 metros. Han perfeccionado su técnica al punto de vulnerar los chalecos balísticos, disparando con precisión para infligir daño máximo”.
Los francotiradores, que se esconden entre la población y se retiran rápidamente en motocicletas, se suman al uso de explosivos en las cercanías de viviendas y la voladura de oleoductos, buscando forzar la presencia de la fuerza pública en los territorios bajo disputa.
