La crisis de atención hospitalaria en Antioquia alcanzó niveles alarmantes al inicio de la temporada decembrina. La ocupación total en el pabellón de quemados y la saturación de servicios de urgencias reflejan el impacto de los 45 casos de lesiones por pólvora reportados hasta el 9 de diciembre. Este aumento del 13% respecto al mismo periodo en 2023 evidencia un preocupante retroceso en los esfuerzos de prevención.
En Medellín, la situación es crítica. Un menor de 17 años sufrió la amputación de una mano tras manipular voladores, y una joven de 22 años resultó con quemaduras y laceraciones al observar espectáculos de pólvora. Las unidades de quemados del Hospital San Vicente presentan una ocupación del 100% en camas para adultos y del 60% en pediátricas. La Gobernación informó que solo quedan dos camas disponibles en Rionegro, subrayando el colapso de la capacidad del sistema en el departamento.
SECUELAS FÍSICAS Y EMOCIONALES
Hasta ahora, 30 adultos y 15 menores de edad figuran entre los afectados en Antioquia, con un saldo de cuatro amputaciones y múltiples daños oculares y auditivos. Según la médico fisiatra Rocío Lozano, las quemaduras derivadas del uso de pólvora suelen conllevar largos procesos de recuperación física y psicológica. Además, el aumento de quemaduras por accidentes domésticos relacionados con la temporada navideña añade presión a los servicios de salud.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y UN LLAMADO A LA RESPONSABILIDAD
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, hizo un llamado a la ciudadanía para evitar prácticas peligrosas. «Es crucial reducir la carga sobre el sistema de salud. La responsabilidad de prevenir está en todos», señaló. Mientras tanto, expertos subrayan que la atención inmediata y adecuada de las quemaduras puede marcar la diferencia en los resultados médicos y emocionales de los pacientes afectados.
UNA TRAGEDIA ANUNCIADA
A pesar de los esfuerzos por controlar la problemática, Antioquia sigue encabezando la lista de departamentos con más lesionados por pólvora, en contraste con la tendencia nacional de disminución. La cifra global de Colombia indica una reducción del 24% en casos este año, lo que resalta la necesidad de reevaluar las políticas y campañas locales de prevención para abordar esta problemática recurrente.