El presidente venezolano Nicolás Maduro sorprendió al país al adelantar oficialmente las celebraciones navideñas, iniciándolas el 1 de octubre y extendiéndolas hasta el 15 de enero de 2025. Este decreto, anunciado en un programa de televisión, generó reacciones mixtas entre los ciudadanos, en medio de una situación económica crítica y tras las controversiales elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, en las que el mandatario fue reelegido.
En Caracas y otras ciudades del país, los comercios ya exhiben productos navideños, desde árboles y luces hasta pesebres, mezclados con la mercancía típica de Halloween. Sin embargo, la medida ha sido vista por algunos venezolanos como una distracción frente a los problemas económicos que enfrenta el país, y para otros, una “burla miserable” por parte del gobierno. “No tenemos dinero ni para lo básico, y ahora nos dicen que celebremos la Navidad”, comentó Eduardo Martínez, un profesor de 71 años.
A pesar de las críticas, algunos venezolanos tratan de mantener el espíritu festivo. Deilyn Peña, una madre que llevó a su hijo a una plaza adornada con osos navideños en el barrio Las Mercedes, comentó: “Aunque no estoy completamente de acuerdo, hay que mantener el espíritu navideño por los niños”. Sin embargo, otros, como Valeria Ponce, de 22 años, señalaron que esta acción solo busca distraer de la crisis actual: “Es un intento de darnos un motivo para celebrar, pero no siento conexión con esta Navidad adelantada”.
Maduro, en su discurso, aseguró que la Navidad “llegará con paz, felicidad y seguridad”, y extendió su duración hasta el 15 de enero de 2025. Sin embargo, la oposición y muchos ciudadanos continúan cuestionando la pertinencia de esta medida en un contexto donde la falta de recursos sigue afectando gravemente a la población.