El presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, reafirmó su compromiso de tomar posesión en Caracas el próximo 10 de enero, en un gesto que desafía directamente al régimen de Nicolás Maduro, acusado de manipular las elecciones del pasado 28 de julio. En una entrevista reciente, González aseguró que no presidirá un gobierno en el exilio y confirmó que María Corina Machado, figura clave de la oposición, será su vicepresidenta ejecutiva.
“Yo voy a estar en Venezuela”
Desde España, donde se encuentra tras huir de la persecución del régimen de Maduro, González subrayó su determinación de regresar al país para asumir el cargo que, según él y la oposición, ganó legítimamente con el respaldo de más de 7 millones de votos. “Salí de Venezuela de manera temporal y sabía que regresaría en cualquier momento. Ese momento es el 10 de enero, fecha de la toma de posesión”, declaró.
El diplomático de 75 años ha pasado los últimos meses en reuniones con líderes europeos, como el alto representante de la Unión Europea para Relaciones Exteriores, así como con autoridades de España, Portugal, Italia y Alemania. En estos encuentros, González ha buscado consolidar el respaldo internacional a su victoria y denunciar las irregularidades del proceso electoral en Venezuela.
Un gobierno con un plan integral
González aseguró que su administración tendrá un enfoque integral para enfrentar la grave crisis que atraviesa Venezuela. Su plan de gobierno prioriza la recuperación económica, la reconstrucción del tejido social y la reactivación de relaciones diplomáticas con los países vecinos. “Tenemos un equipo preparado para implementar los ajustes necesarios en los primeros 100 días de gestión, abordando áreas prioritarias como la economía, el sistema democrático y el bienestar social”, señaló.
María Corina Machado, líder opositora y símbolo de resistencia al chavismo, será parte clave de esta estrategia como vicepresidenta ejecutiva. Machado, inhabilitada por el régimen de Maduro para postularse en las elecciones, mantiene un fuerte apoyo popular y promete ser una figura central en la administración de González.
Reconocimiento internacional y desafío interno
Mientras Estados Unidos y varios países reconocen a González como presidente electo, el régimen de Maduro continúa en el poder con el respaldo de aliados internacionales como Rusia e Irán. Sin embargo, la presión global para que se publiquen las actas de los comicios y la evidencia presentada por la oposición, que asegura tener el 80 % de las actas que demuestran su victoria, refuerzan la legitimidad del presidente electo.
El camino hacia el 10 de enero no está exento de riesgos. Maduro, quien mantiene control sobre las fuerzas armadas y las instituciones clave del país, ha emitido una orden de arresto contra González, lo que subraya el peligro de su retorno.
El regreso de González a Venezuela y su intención de asumir el poder representan uno de los mayores desafíos al régimen chavista en más de dos décadas. Su éxito dependerá de la capacidad de movilizar apoyo popular interno, consolidar alianzas internacionales y evitar represalias por parte de las fuerzas leales a Maduro.
La designación de María Corina Machado como vicepresidenta añade peso político a su propuesta, pero también plantea un reto: demostrar que la transición hacia la democracia es viable y sostenible en un país devastado por la crisis económica y social. El 10 de enero será una fecha crucial, no solo para Venezuela, sino para el futuro de la región y los valores democráticos en América Latina.