La Dimayor tomó una decisión contundente tras los violentos disturbios ocurridos durante el partido entre Atlético Nacional y Junior en el estadio Atanasio Girardot el pasado 26 de septiembre. El encuentro, que se suspendió al minuto 54 debido a enfrentamientos entre hinchas de ambos equipos, dejó un saldo de 21 personas heridas, incluido un agente de policía, y ha provocado sanciones severas tanto para el equipo local como para el visitante.
Atlético Nacional, que ganaba el partido 2-0 antes de la suspensión, fue castigado con la pérdida del encuentro en los escritorios, adjudicándole los tres puntos a Junior con un marcador de 3-0. Esta decisión se tomó tras considerar que el club antioqueño fue advertido sobre los riesgos de permitir el acceso de hinchas problemáticos de las barras rivales. Además de perder los puntos, Nacional deberá jugar seis fechas sin público en el estadio, sumando esta sanción a una penalidad previa de la Alcaldía de Medellín. El club también fue multado con 40,3 millones de pesos.
Junior de Barranquilla, aunque salió victorioso en el papel, también fue castigado. El equipo caribeño deberá disputar seis fechas sin público en las tribunas norte y occidental de su estadio y pagar una multa de 13 millones de pesos. La Dimayor argumentó que los disturbios fueron iniciados por hinchas de Junior, lo que justificó la sanción, aunque en menor medida que la impuesta a Nacional.
Ambos equipos tienen la opción de apelar las decisiones. La sanción impuesta ha generado polémica, con algunos sectores solicitando que, en lugar de otorgar puntos, se aplicaran castigos exclusivamente a las plazas de ambos equipos como una forma de responsabilizar a los aficionados.