En un trágico episodio de violencia de género, Keimi Melissa Cuesta, una joven de 27 años, fue asesinada en Apartadó, Antioquia, a manos de su expareja. El agresor, quien se entregó voluntariamente a la Policía de Apartadó, confesó haber cometido el crimen en presencia de su hija menor.
El lamentable incidente ocurrió el pasado lunes 15 de julio, cuando Cuesta fue atacada con un arma cortopunzante en su vivienda ubicada en el barrio Pueblo Nuevo, comuna 3 de Apartadó. Gravemente herida, la joven fue trasladada de urgencia a la clínica Fundadores, donde falleció a causa de las lesiones.
El teniente coronel Alex Gerardo Suárez Cruz, comandante encargado del Departamento de Policía Urabá, informó que el agresor, de 27 años, se presentó en la estación de Policía y admitió su culpabilidad en el feminicidio. Según testimonios de allegados a la víctima, el hombre tenía antecedentes penales y había estado en prisión por actividades relacionadas con pandillas.
Este caso se suma a una alarmante serie de feminicidios en Antioquia. En menos de una semana, se han registrado tres asesinatos de mujeres en manos de sus exparejas. El primer caso ocurrió en el barrio Doce de Octubre de Medellín, donde Camila Suárez, de 26 años, fue atacada con arma de fuego por su expareja, quien aún está siendo buscado por las autoridades. El segundo feminicidio tuvo lugar el pasado 14 de julio en Marinilla, Oriente antioqueño, donde Saray Daniela Vera Rodríguez, de nacionalidad venezolana, fue agredida con arma blanca tras una discusión con su expareja.
Las autoridades de Antioquia han reiterado su compromiso de luchar contra la violencia de género y han instado a la comunidad a denunciar cualquier indicio de maltrato o abuso. La sociedad exige justicia y protección para las mujeres, quienes continúan siendo víctimas de actos brutales y cobardes por parte de quienes alguna vez fueron sus compañeros sentimentales.
Este último caso en Apartadó no solo resalta la necesidad urgente de medidas más estrictas y efectivas para proteger a las mujeres, sino que también pone de manifiesto el devastador impacto de la violencia de género en las familias y comunidades. Keimi Melissa Cuesta deja atrás a una hija, cuya vida ha sido marcada por una tragedia indescriptible, recordándonos la importancia de erradicar este flagelo de nuestra sociedad.
