La violencia en el departamento del Cauca se intensifica con el uso de tecnologías avanzadas por parte de las disidencias de las Farc. Este martes 9 de julio, en la parte alta de La Salvajina, cerca de las veredas La Estrella y Matecaña en Suárez, se registraron 21 ataques con drones que dejaron un saldo de un capitán y dos soldados heridos. Las víctimas fueron afectadas por esquirlas, pero según el Ejército, sus heridas no revisten gravedad y ya han sido evacuadas de la zona.
El general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Departamento del Cauca, explicó que estos ataques son una respuesta a la incursión de las fuerzas militares en áreas tradicionalmente controladas por grupos al margen de la ley. “Como entramos a estas áreas donde prácticamente en muy pocas oportunidades se ha ingresado, logramos incomodar y por eso la respuesta es con estos ataques con drones”, señaló Mejía.
Estas zonas, utilizadas como corredores de narcotráfico, son cruciales para el transporte de clorhidrato de cocaína, lo que explica la violenta respuesta de las disidencias ante la presencia militar.

Hostigamientos continuos en Mondomo
El mismo martes por la noche, se registró un nuevo hostigamiento contra la Fuerza Pública en el corregimiento de Mondomo, en Santander de Quilichao. La subestación de Policía de este sector fue atacada con tatucos y ráfagas de fusil. Según la secretaria de Gobierno de Santander de Quilichao, María Luisa Holguín, el ataque, perpetrado desde la iglesia del pueblo, duró entre 15 y 20 minutos, justo cuando la población civil transitaba por las calles del corregimiento.
La escalada de violencia en el Cauca refleja la complejidad y el desafío que enfrentan las fuerzas militares y la comunidad en su lucha contra los grupos armados ilegales. Los ataques con drones representan una nueva dimensión en estos enfrentamientos, evidenciando la capacidad tecnológica de las disidencias y la necesidad de estrategias más efectivas para contrarrestar esta amenaza.
Reacciones y medidas
Estos ataques han generado una respuesta contundente de las autoridades. El Ejército ha intensificado sus operaciones en la región para asegurar el control territorial y proteger a la población civil. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica, y los enfrentamientos son cada vez más frecuentes y sofisticados.
La comunidad en el norte del Cauca vive en constante temor debido a estos ataques y hostigamientos. Las autoridades locales y nacionales están trabajando en coordinación para implementar medidas de seguridad más robustas y restaurar la paz en la región.
Mientras tanto, el Gobierno Nacional enfrenta críticas por su política de ‘paz total’ y las concesiones a grupos criminales. La reciente carta de militares retirados al presidente Gustavo Petro y al comisionado para la paz, Otty Patiño, subraya la urgencia de respuestas inmediatas y contundentes para proteger a la población y restaurar el control estatal.
La situación en el Cauca es un reflejo de los desafíos que enfrenta Colombia en su lucha contra el crimen organizado y la violencia, y la necesidad de estrategias integrales y coordinadas para abordar estas amenazas.