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Regreso de un prófugo: Jaime Saade enfrenta la justicia en Colombia tras 30 años

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La extradición de Jaime Saade a Colombia cierra un largo y doloroso capítulo para la familia de Nancy Mestre, víctima de un brutal crimen que conmocionó a la nación hace casi tres décadas. Saade, quien huyó a Brasil tras el asesinato de Nancy en Barranquilla el 1 de enero de 1994, ha sido finalmente entregado a las autoridades colombianas para enfrentar las consecuencias de sus actos.

El caso, que se remonta a la noche de Año Nuevo de 1993, comenzó cuando Saade recogió a Nancy para celebrar, y horas más tarde, ella fue hallada gravemente herida con un disparo en la cabeza. Tras agonizar durante nueve días, Nancy falleció, dejando tras de sí un rastro de dolor y preguntas sin responder. La investigación reveló que había sido abusada sexualmente y asesinada, descartando la teoría inicial de un suicidio que la familia Saade intentó promover.

Martín Mestre, el padre de Nancy, se convirtió en el rostro de la perseverancia y la justicia, dedicando tres décadas a la búsqueda del responsable del homicidio de su hija. Su incansable esfuerzo lo llevó a rastrear a Saade hasta Brasil, donde este vivía bajo una identidad falsa como ‘Henrique Dos Santos’. Su detención en 2019 marcó un punto de inflexión en el caso, culminando con la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia de Brasil que favoreció la extradición, tras un tenso proceso legal que enfrentó numerosos intentos por parte de la defensa de Saade para evitar su regreso a Colombia.

La llegada de Saade a Colombia no solo es un triunfo legal para la familia Mestre, sino también un momento significativo para el sistema de justicia del país, que se ve ahora en la tarea de procesar un caso con profundas implicaciones emocionales y legales. La sociedad colombiana, aún impactada por la crueldad del crimen, espera que se haga justicia, no solo como un acto de cierre para la familia, sino como un mensaje claro de que el tiempo no disminuye la gravedad de los actos criminales ni la determinación por buscar justicia.

Este retorno no es solo el final de un viacrucis para Martín Mestre, sino también un recordatorio de los desafíos que enfrentan las familias de las víctimas y las autoridades en la persecución de la justicia a través de fronteras y décadas de espera. La sociedad observa ahora cómo se desplegarán los próximos capítulos de este caso emblemático en los tribunales colombianos.

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