Taiwán ha sido sacudida por un terremoto de magnitud 7,4, el más intenso que ha experimentado la isla en los últimos 25 años, provocando la muerte de al menos nueve personas, lesionando a más de 800, y dejando a 131 individuos atrapados bajo los escombros. Este desastre natural ha ocasionado el derrumbe de edificios, extensos cortes de electricidad, y la clausura de importantes vías debido a deslizamientos de tierra y la caída de rocas, especialmente en el condado de Hualien, epicentro del sismo.
Las autoridades taiwanesas, ante el caos desatado, han lanzado una serie de operativos de rescate y ayuda en las áreas más afectadas. La Presidenta Tsai Ing-wen ha ordenado medidas inmediatas para mitigar el impacto del terremoto y brindar asistencia a los afectados. Además, el país se encuentra en alerta debido a la probabilidad de réplicas significativas en los próximos días, lo que podría agravar aún más la situación.
La infraestructura de Taiwán ha sufrido severos daños, incluyendo la autopista Suhua, una conexión vital entre la costa este y otras regiones de la isla, la cual ha quedado intransitable en varios puntos debido a deslizamientos de tierra. El terremoto ha afectado a más de 91.000 hogares, dejándolos sin electricidad, y ha causado el colapso parcial de más de 100 edificios, incluido el edificio Uranus de nueve pisos, donde se realizan esfuerzos intensos de rescate.
El desastre ha reavivado los recuerdos del devastador terremoto de 1999, que cobró la vida de más de 2.400 personas. Taiwán, situada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es propensa a terremotos, lo que requiere una constante preparación y respuesta rápida ante estos eventos. La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con Taiwán, ofreciendo apoyo y asistencia en estos momentos críticos.
Este terremoto representa un desafío monumental para Taiwán, no solo en términos de rescate y recuperación inmediata, sino también en la reconstrucción a largo plazo de las áreas afectadas. La determinación y la solidaridad serán clave para superar las consecuencias de este trágico evento, mientras Taiwán se esfuerza por sanar las heridas dejadas por el terremoto más fuerte en un cuarto de siglo.
