En una jornada histórica para Colombia, más de 52.000 personas se unieron este miércoles en protestas pacíficas contra las reformas propuestas por el gobierno del presidente Gustavo Petro. Las calles de las principales ciudades del país se llenaron de voces que, unidas, expresaron su rechazo a las políticas que, según ellos, podrían cambiar el rumbo de la nación. Bogotá, la capital, no fue la excepción, con al menos 15.000 manifestantes congregados en la icónica Plaza de Bolívar, según cifras proporcionadas por la Secretaría de Gobierno.
La movilización, que se extendió hasta las 3:00 p.m., se caracterizó por su orden y civismo, destacando la ausencia de vandalismo y desmanes, un hecho que los organizadores de la protesta no dudaron en resaltar. Este comportamiento ejemplar de los manifestantes refleja el deseo de una ciudadanía comprometida con el diálogo y la expresión pacífica de sus demandas.
Entre los asistentes se encontraba el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, figura prominente del partido Cambio Radical y uno de los críticos más vocales del actual gobierno. Vargas Lleras aprovechó la ocasión para expresar su solidaridad con la Corte Suprema de Justicia y su preocupación por el futuro del sistema de salud del país, así como por la seguridad del ahorro de los colombianos frente a las políticas gubernamentales.
La protesta no solo se limitó a Bogotá y Medellín, sino que se extendió a otras 18 ciudades, demostrando la magnitud del descontento popular. A pesar de los enfrentamientos aislados en Bogotá, la jornada concluyó sin mayores incidentes, dejando un claro mensaje al gobierno de Petro y al Congreso: el pueblo colombiano está atento y dispuesto a defender sus derechos y su futuro. Con una aprobación que apenas alcanza el 35% y un rechazo que supera el 58%, según las últimas encuestas, este 6 de marzo podría marcar un antes y un después en la política colombiana.
