Tras un prolongado silencio de cinco horas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció que Nicolás Maduro ha sido reelegido como presidente con el 51,20% de los votos, lo que equivale a 5.150.092 sufragios. Este resultado asegura a Maduro un tercer mandato de seis años, pese a que la oposición y varios observadores internacionales han expresado sus reservas sobre la transparencia del proceso. La oposición, encabezada por Edmundo González y María Corina Machado, rechazó enérgicamente los resultados y denunció un fraude electoral.
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, justificó el retraso en la publicación de los resultados alegando un supuesto «hackeo internacional» al sistema electoral. Maduro respaldó esta versión y señaló que las elecciones fueron objeto de un ataque cibernético masivo, supuestamente ordenado desde el extranjero. Además, Maduro pidió «respeto a la voluntad popular» y subrayó la legitimidad de su reelección, a pesar de las críticas y la creciente desconfianza tanto dentro como fuera de Venezuela.
La reacción internacional no se hizo esperar. Antony Blinken, secretario de Estado de EE.UU., expresó su «seria preocupación» por la falta de transparencia en el proceso electoral y pidió un recuento detallado y público de los votos. De igual manera, el presidente chileno Gabriel Boric declaró que los resultados eran «difíciles de creer» y llamó a la comunidad internacional a exigir transparencia. Otros líderes de la región, como los presidentes de Costa Rica y Perú, también cuestionaron la legitimidad del proceso y pidieron garantías para que la voluntad del pueblo venezolano sea respetada.
Mientras tanto, en las calles de Venezuela, el ambiente es de incertidumbre y tensión. Manifestaciones y enfrentamientos se han reportado en varios puntos del país, y la oposición ha instado a sus seguidores a mantenerse vigilantes y defender el voto. La Plataforma Unitaria Democrática, coalición opositora, ha prometido defender los resultados que ellos consideran reflejan la verdadera voluntad popular, asegurando que González obtuvo el 70% de los votos según sus propios conteos. Con una comunidad internacional dividida y una nación profundamente polarizada, el futuro político de Venezuela se mantiene en una encrucijada incierta.